En estas fechas, en las que cada vez están más próximas las comidas y cenas de celebración, desde la Campaña «Con erre de…» queremos aprovechar para sensibilizar sobre el desperdicio alimentario.
En el año 2021 los españoles desperdiciamos más de 1.240 millones de kilos de alimentos en nuestros hogares. Aunque está cantidad supone una reducción del 8,6% con respecto a los más de 1.300 millones de kilos desperdiciados en 2020, 3 de cada 4 hogares continúa desperdiciando alimentos. *
Además, la pérdida y el desperdicio de alimentos supone actualmente entre el 8% y el 10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, que inevitablemente agravan el cambio climático.
Uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030, contempla la reducción a la mitad del desperdicio alimentario, y para ello deberán implantarse una serie de medidas dirigidas a reducir la cantidad de alimentos que se pierden durante la producción, transporte y venta, disminuir el despilfarro de alimentos consumidos en hogares, bares y restaurantes y promover la donación de alimentos.
¿Qué podemos hacer nosotros para reducir el desperdicio alimentario?
- A la hora de ir a comprar: es importante revisar la despensa y la nevera, medir bien las cantidades que se necesitan de cada alimento y hacer una lista de los productos que vamos a comprar. Si además queremos hacer una compra más sostenible es preferible comprar a granel, en comercios cercanos a nuestra casa y llevar nuestras propias bolsas y recipientes.
- Cuando vamos a cocinar , es preferible medir las raciones según las personas que viven en casa, para evitar que sobre comida en el día a día.
- Si aun así hemos cocinado de más, podemos utilizar las sobras para realizar recetas creativas y de aprovechamiento.
- Conservar adecuadamente los alimentos ayuda a evitar que los productos pueden estropearse o caducar. Puedes revisar periódicamente tu nevera y congelador y revisar las fechas de caducidad para poder organizar los menús semanales.
- Si comemos fuera de casa, evitar pedir más de lo que vayamos a tomar, y si las raciones son grandes, podemos pedir lo que nos haya sobrado para llevárnoslo y consumirlo más adelante.
Cuando reducimos el desperdicio contribuimos a promover una producción y consumo más responsable, ayudando disminuir los impactos derivados consecuencias derivadas del transporte, distribución y consumo de los alimentos. Además, colaboramos con los objetivos de desarrollo sostenible, preservando los recursos naturales del planeta y evitando el encarecimiento de los bienes de primera necesidad.
Dejar un planeta mejor para las futuras generaciones es sencillo entre todos.